Cosas que hay que saber para construir una casa (I)

Lecciones que hemos aprendido para la próxima vez que construya una casa:

En cuanto a los trabajadores:

Si eres autopromotor, como en este caso, no estás contratando empleados sino empresas constructoras (o autónomos, que vienen a ser empresas de un solo empleado). Por el contrario, ten mucho ojo si contratas directamente a trabajadores que no sean autónomos: en ese caso pasas a ser autoconstructor y estás complicándote mucho la vida, ya que tú eres responsable de contratos, seguros sociales, riesgos laborales y un largo etcétera.



En esto siempre es conveniente escuchar las historias de pesadilla que te cuenten las personas de tu entorno (todos sabrán de alguna), pero trata de enterarte bien de lo que de verdad pasó, ya que nueve de cada diez veces, la realidad es sólo vagamente parecida a la historia que te estén contando.

De las historias de terror que oí saqué mis conclusiones, que seguramente me permitieron esquivar más de un posible problema. Particularmente, no contratéis a nadie por horas, sino por un precio cerrado por la obra completa. De lo contrario, las obras se harán eternas. Una cosa que no hice y que he aprendido para la próxima: Es también recomendable acordar una fecha de fin de obra y una penalización en caso de retraso. A veces los constructores te dejan la obra parada por cualquier excusa mientras hacen otros trabajos más rentables en otro sitio.

Ni que decir tiene que no hay que contratar al primero que te llegue y te de un precio: pide al menos tres presupuestos. Siempre hay alguno que se va muy alto: Probablemente están ocupados con otra obra y es su forma de decirte que no les interesas (o no por un precio normal, que por el precio que te piden, si les dices que sí, la cosa ya cambia). Si alguno es sospechosamente más bajo que los demás, desconfía de él y trata de averiguar por qué esa discrepancia.

Para esto, como para todo en la vida, es conveniente saber y enterarse al máximo de qué es cada cosa, para que no te “vendan la moto”. Tampoco hace falta que te conviertas en arquitecto, pero sí deberían sonarte los nombres de las cosas, saber qué son y cual es su coste habitual.

Pide referencias de todos los constructores, y si es posible, ve a ver sus trabajos y habla con los dueños.
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Preferiblemente compra tú los materiales que se vayan necesitando, al menos los importantes. Esto te permitirá tener un control mucho mayor sobre tu presupuesto, evitarás sobrecostes innecesarios.

Acuerda un calendario de pagos a medida que se vaya haciendo la obra. En ningún caso adelantes dinero para materiales: te puedes encontrar con que el constructor se lo ha gastado en tapar otros agujeros, en cuyo caso te verás en la tesitura de, o bien demandarle e ir a juicio, o bien decirle que eso se lo vas a considerar pago anticipado de su trabajo y que siga con la obra. Probablemente esta es la opción menos mala, pero estás obligado a seguir con él si no quieres perder el dinero.

Sigue leyendo mis lecciones aprendidas sobre el arquitecto y el proyecto.